Residentes de aldeas como Aytaroun y Bint Jbeil han sido testigos de ataques indiscriminados que han dejado a la población en un estado constante de miedo y vulnerabilidad.

Los habitantes del sur de Líbano han denunciado violaciones continuas del acuerdo de alto el fuego por parte del ejército de ocupación israelí, el cual ha estado apuntando deliberadamente a áreas civiles.

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Según informes del medio iraní, Press TV, los residentes de aldeas como Aytaroun y Bint Jbeil han sido testigos de ataques indiscriminados que han dejado a la población en un estado constante de miedo y vulnerabilidad.

Abu Reda, un residente de Aytaroun, relató cómo el ejército israelí disparó intencionalmente contra él y sus amigos mientras inspeccionaban sus hogares. «Tuvimos suerte de sobrevivir al ataque», comentó, subrayando la desesperante situación en la que se encuentran.

Los bombardeos intensos comenzaron en las primeras horas del viernes, con ocupantes que utilizaron ametralladoras para disparar contra varias aldeas, lo que provocó daños significativos en viviendas y generó pánico entre los habitantes.

Desde el anuncio del alto el fuego a finales del mes pasado, se han registrado más de 160 violaciones por parte del régimen israelí, según autoridades, entre ellas el primer ministro Najib Mikati. «Aquí, en Aytaroun y en las aldeas cercanas, hay ataques aéreos o disparos de ametralladoras casi todos los días», afirmó Abu Reda.

Las familias que regresaron para pasar el invierno se enfrentan a una realidad devastadora: muchas casas han sido destruidas y las áreas verdes han sido arrasadas.

Hezbollah respondió a estas agresiones con un ataque de advertencia contra sitios militares israelíes en Ruwaysat al-Alam, insistiendo sobre las repetidas violaciones del alto el fuego. Expertos en derecho internacional han confirmado que la entidad sionista está utilizando armas prohibidas, como bombas de fósforo y uranio empobrecido, lo que agrava aún más la crisis humanitaria.

Souad, otra residente afectada, compartió su desgarradora experiencia: «Cuando cae la noche, ninguno de nosotros se atreve a acercarse a las ventanas». Su familia ha soportado ataques constantes y ha perdido su vehículo debido al fuego israelí. Sin embargo, su determinación es inquebrantable: «Los israelíes deben entender que somos resistentes y firmes. No nos vamos a ir porque esta es nuestra tierra».

La historia reciente recuerda las ocupaciones pasadas; Hasan, un ingeniero eléctrico, enfatizó que no permitirán que se repita lo ocurrido en 1978 cuando el ejército israelí ocupó sus tierras tras advertir a la población local que no regresara. «Esto no volverá a suceder; no lo vamos a permitir», afirmó con firmeza.

El principio de proporcionalidad en el derecho internacional establece que cualquier ataque debe evitar causar daño excesivo a civiles. Sin embargo, los ataques indiscriminados por parte del ejército israelí continúan desafiando este principio fundamental.

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